Estos carruseles son una perfecta combinación de distintos materiales como metal y vidrio. Dos materiales que solo pueden ser fabricados con la fuerza del fuego.
La fuerza de este fuego, el elemento tan importante en nuestra vida, se puede notar cuando se enciende la vela de té en nuestros carruseles y la hélice empieza a moverse por el calor ascendente de la vela, creando fascinantes juegos de sombra y luz.
Es el momento en que se convierte en mucho más que un carrusel portacandelitas.
Nos cuenta historias de gatos debajo de la luna, no faltan los ángeles guardianes moviéndose por nuestro alrededor, los copos de nieve que caen del cielo o escenas de cuentos de niños como por ejemplo “el dinero que llovió del cielo”.
Sus reflejos y su movimiento nos tranquilizan e incluso los adultos dejan volar su imaginación. Nos traen alegría en cualquier época del año. Con su pequeña vela se enciende el calor del hogar, el sentimiento de disfrutar como los niños. Pero sobre todo, nos calienta nuestros corazones cuando los ojos de los niños empiezan a brillar, incapaces de quitar la mirada de estos bellos motivos. Y cuando vemos estos ojos brillantes de los más pequeños nos vemos llevados de vuelta a nuestra propia infancia.
Los carruseles portacandelitas son: El regalo perfecto. Para disfrutarlo a solas o junto con nuestros seres más queridos.
Funciona también cerca de fuentes del calor (calefacción) donde el aire se mueve sin encender la vela de té.
Carrusel copos de nieve.